Seguro que te has percatado de ello, buscas un título de película en un usuario diferente de Netflix para recomendarlo a un amigo y la portada es distinta. Te sorprende pero no le das importancia y la verdad es que es la clave del alto nivel de satisfacción de los usuarios de la plataforma. Detrás de esta personificación de los contenidos existe un sistema complejo que describo a continuación.
Netflix y el Big Data, la combinación exitosa
Si tenemos en cuenta las millones de horas que los usuarios han visualizada durante este confinamiento nos podemos hacer a la idea de la cantidad de información que maneja la marca estadounidense sobre comportamiento del consumidor. No sólo tus temáticas preferidas, sino la velocidad a la que consumes contenido, si pasas la cabecera de las series o si existe una cierta preferencia por actores determinados. Estos aspectos están estrechamente relacionados con decisiones emocionales y Netflix sabe que este es el factor más influenciable. La idea que tenemos sobre un actor o el vínculo personal con una saga son las características a potenciar para aumentar tu estancia en la plataforma y la satisfacción, llegando a crear el efecto Netflix.
Mientras desarrolla su Big Data y genera un sistema de Inteligencia artificial llamado AVA, Netflix decide reducir el factor racional de la toma de decisiones de sus usuarios. Por ello mismo la plataforma usa títulos descriptivos, de pocas palabras y sin dobles interpretaciones. Las figuras literarias no tienen cabida en una plataforma de consumición de medios masiva. Por ello mismo, reduce las descripciones de las películas al mínimo y las redactan de forma ambigua. De la misma manera no ofrece en la mayoría de los casos datos de interés sobre la grabación, el reparto o incluso el director. El índice de abandono debe ser inferior si visualizamos diez minutos de la grabación a lo que sucedería si leyéramos la sinopsis del film.
El sistema AVA y las portadas según gustos
Ava (Aesthetic Visual Analysis) procesa tus datos y decide la configuración de tu cuenta. Existen una primera variable, el género preferido. Si eres una persona con preferencia por las películas de terror la estética de todas las películas, sean o no de este género, tenderán a colores oscuros y a puntos de luz diferenciados con ángulos picados o contrapicados. Es decir, los prototípicos de las películas de terror, mientras que si eres un fan de las comedias románticas incluso las películas policiacas escogerán fotogramas donde los personajes comparten una copa de vino o charlan distendidamente para transmitirte menos carga de acción.
Échale un vistazo a la variedad de portadas para The Crown. En una primera selección de portadas de la última temporada de la serie podemos generar hipótesis sobre su enfoque. La primea, utilizando la ley de los tercios, es típica de películas de investigación o periodísticas, por ello mismo se incluye a Margaret Thatcher. La segunda centra su atención en Diana, esta será la posible portada que se nos mostraría a aquellos que vemos visto documentales sobre ella con anterioridad.


Esta es la razón por la que Netflix genera múltiples portadas para cada pieza en un ejercicio de Neuromarketing exquisito. A parte del género, las portadas se modificarán si se detecta preferencia por un actor escogiendo aquella en la que destaque dicha persona aunque su papel sea irrelevante. O Incluso se atiende el país desde el que se inicia sesión, ya que la cultura nacional participa de la formación visual. En Japón existen ciertas preferencias por portadas alegóricas debido a la influencia del sintoísmo, en Alemania se tiende al abstracto, en Estados Unidos a las figuras en movimiento y en el mundo hispano al color y los primeros planos.